Antecedentes
La Defensa Civil del Ejército de Nicaragua, desde su fundación en 1982, y debido a la situación bélica existente en esa época, cumple con la misión fundamental de garantizar la protección de la vida y preservar los bienes de la población. En sus primeros diez años de existencia, se caracterizó por la aplicación de un enfoque reactivo, asistencialista y de corto plazo en la atención a los desastres; sin embargo, en los últimos veinte años se han alcanzado altos niveles de organización para la autoprotección y evacuación de la población, siendo el huracán Juana el evento más emblemático de este período, donde se evidenciaron excelentes niveles organizacionales de cara a respuestas oportunas ante los desastres mismos.
A partir de la década de 1990, producto del Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales (DIRND), promovido por Las Naciones Unidas, la Defensa Civil adoptó una nueva visión basada en la Gestión Integral de Riesgo, con la finalidad de ir modernizando su accionar de forma que se vean involucrados todos los actores de este proceso a través de una cultura de prevención. Esto con el objetivo de dar una mejor respuesta y atención a la población ante los eventos naturales que se convierten en desastres, producto de las vulnerabilidades existentes en nuestro país.
Destacan en este período la atención del tsunami (Maremoto) en 1992, la erupción volcánica del Cerro Negro ese mismo año, y los huracanes César en el 96 y Mitch en el 98.
Evolución y Transformación
A partir del año 2000, la Defensa Civil ha experimentado una etapa de transformaciones no sólo del pensamiento sino del quehacer institucional. Ha habido un intenso proceso de cambios, generado principalmente por el actuar de la promoción de la Gestión del Riesgo (impulsado a nivel latinoamericano), basado en la identificación de las causas que generan los desastres, en el reconocimiento de la población como actores sociales activos con capacidad para participar en la solución de sus propios problemas, y en la necesidad de planificar las acciones de forma conjunta para reducir los riesgos y, por ende, promover una cultura de prevención.
Entre sus logros destacan el asumir los cambios como retos, apropiarse de ellos y lograr insertarse en el Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (SINAPRED), articulando consigo a todas las direcciones y órganos comunes del Ejército de Nicaragua, mismos que disponen de todos sus recursos humanos, organizativos y materiales para apoyar a la población en los procesos de prevención, mitigación y atención de desastres, reconociendo a estos mismos como amenazas en el desarrollo sostenible del país. Con el enfoque de Gestión del Riesgo, la Defensa Civil ha promovido un cambio de mentalidad en la población, sus líderes y sus tomadores de decisiones, con el fin de transformar sus vulnerabilidades en capacidades ante una emergencia. El desarrollo de esta herramienta se refleja de forma metodológica en el programa curricular que sirve de instrumento para la capacitación municipal, local y escolar.
De 2002 a la fecha, la atención a la población ha sido proactiva, participativa, pertinente en la identificación de causas y factores de riesgo y propositiva en cuanto a encontrar soluciones para reducirlos.
Dentro del proceso de modernización y profesionalización de la estructura de la Defensa Civil, se han incluido diferentes enfoques y ejes temáticos transversales en el currículo de capacitación: derechos de la niñez y la adolescencia, equidad de género, derechos de las personas con discapacidad, adulto mayor, atención psicosocial pos-desastre y medio ambiente.